miércoles, 12 de octubre de 2011

El humor es un fenómeno muy local

La Torre de Babel
Aunque me duela seguir vertiendo tinta acerca de un asunto tan cansino como las declaraciones de Duran i Lleida, mi querido Jesús Rodríguez merece la esperada re-réplica insultativa tras su post de este martes El tópico de lo gracioso (o viceversa), que a su vez respondía a la entrada que pueden ustedes leer justo debajo de ésta. En fin, que me estoy haciendo un lío, ahí va:

El sentido del humor es un fenómeno muy local. Es por eso que fuera de Sevilla y Cádiz a nadie le hace gracia Manu Sánchez, ese "cómico de medio pelo del canal sur" al que predigo te refieres (con mala baba, en este caso sí). Pero a esto hay excepciones. Ilustraré aquí, aun a riesgo de parecer que me estoy extralimitando con mis fuentes originales, dos películas de los últimos años que reflejan los tópicos de sus respectivas comunidades (el norte de Francia y el sur de Italia) con tal acierto que su éxito se ha extendido internacionalmente. Estoy hablando, of course, de Bienvenidos al Norte y Bienvenidos al Sur. ¿No se parecen los unos a los gallegos y los napolitanos a los andaluces? ¿No será que hay partes del tópico con las que todos nos sentimos identificados? ¿Será que en el fondo un estereotipo no es más que algo intrínseco al ser humano?

Volviendo al tema humorístico, soslayo que nuestra visión acerca del asunto es básicamente la misma. La mención que hice a utilizar el humor como escudo ante tales improperios debía inferirse más como un guiño a los políticos de nuestra comunidad autónoma, que como bien dice el maestro Antonio Avendaño en esta columna, han sobreactuado un poco la cuestión. ¡Qué diablos! Se han puesto en ridículo a sí mismos -a mi juicio- con todo el asunto de la moción de reprobación. En cualquier caso, ¿qué es eso de una moción de reprobación? ¿Para qué sirve? ¿Alguien lo sabe? Y, lo más importante, ¿a Duran le importa un comino? A la postre, opino que no tomándonoslo tan en serio podríamos atajar la mofa sin que todos los medios de comunicación la dieran. Por tanto, tendría menos recorrido, lo leería/oiría/vería menos gente, y nuestra imagen resultaría menos dañada. Derecho de la Información básico.

Tras no haber resuelto en absoluto este enigma, me gustaría introducir un nuevo punto a discusión. Se trata del acento. Este andaluz nuestro que despierta reacciones diversas en aquellos foráneos que tienen el placer de escucharlo. Risa, atracción, sorpresa, aversión. Existe toda una gama de respuestas en distintos individuos, a mi parecer casi todas molestas. Recuerdo un día, viviendo en Londres, en que un asturiano me espetó, "háblame en inglés que te entiendo mejor que en andaluz". Sin remordimientos. Algunos dicen que el andaluz es el español más avanzado, porque ha evolucionado. Otros, que estamos dando un paso atrás con una pronunciación más relajada. La verdad del periodismo es que en la mayoría de los medios de comunicación te obligan a castellanizar tu acento. Cosa que no sucede en tal extremo con los canarios, quizás porque están más lejos, quizás porque suena más sexy.

En fin, como ni yo misma consigo llegar a una conclusión, cerraré este post con un principio que aprendí cuando iba al instituto, y que me ayudó a sobrevivir a aquellos difíciles años. "Lo gracioso es gracioso". Si tiene gracia ríete, ya lo hayas dicho tú o tu prójimo. Ya sea acerca de ti o de tu compañero. Relajación, buen humor, chill out como dicen los ingleses, divertiti como dicen los italianos. Pero, sobre todo, nunca olviden quienes son ni de dónde vienen. Fuck yeah.

lunes, 10 de octubre de 2011

Andaluces, ¿levantaos?

La polémica de este fin de semana ha girado en torno a las declaraciones de ese señor con el que comparto apellido, pero que él no se molesta siquiera en acentuarlo. Duran i Lleida no ha dicho nada que no estuviese ya inventado, se ha limitado a darle una vuelta de rosca al tópico andaluz. En mi cabeza lo que dice es: "los andaluces... bla bla bla.... las cervezas... bla bla bla... el PER... bla bla bla". Creo que es un excelente resumen de la situación.

Lo peor no es que los catalanes sigan contando chistes de andaluces vagos, ni que los andaluces sigan haciendo bromas de catalanes tacaños. Lo que es dañino es el uso político y el polvo levantado alrededor de algo que, dicho en la barra del bar, no tiene mayor recorrido. Aunque sea el bar ese en que todos los trabajadores agrarios se funden el PER. Seguro que son unos señores muy simpáticos y se lo toman a broma.


De ese sentido del humor del que hacemos gala los andaluces podríamos valernos en estas circunstancias para salir al paso sin darle publicidad gratuita a mi primo hermano. Al hilo de esto recuerdo una serie de sketchs que se emitieron en el intermedio, parodiando una ETA sureña. Estamos Tan Agustito, banda de liberación andaluza. En este enlace os dejo uno de los vídeos, genial a mi humilde parecer. Lo mejor de todo, la bandera del Betis al fondo.
http://www.lasexta.com/sextatv/elintermedio/comunicado_de_eta__estamos_tan_agustito/219701/121

No sé si ustedes recuerdan el jaleo sobrevenido a la transmisión de estos gags, que también fue sonado. Sin embargo, eso mismo hacen Los Morancos, pero como ellos son andaluces, nadie se enfada. ¿No recomiendan acaso 8 de cada 10 psicólogos reírse de uno mismo como medicina preventiva para nuestra salud mental? ¿Y no somos los andaluces los propietarios de la felicidad en éste, nuestro país?

Para redondear el día de lucha autonómica, la Federación de Tenis de Valencia se queja de que la Copa Davis va a celebrarse en Sevilla. Según ellos, porque sospechan que se han cometido ciertas "irregularidades". ¿Irregularidades? ¿IRREGULARIDADES? ¿Y eso nos lo dice un valenciano? Pues que se amarren bien los trajes de sastre con buenas correas, porque se les van a caer los pantalones de la peaso de Copa Davis que vamos a montar. El bar de cervezas de los del PER se va a quedar en nada.

Seguir consintiendo este cíclico ataque catalanista, teorizando, debatiendo, respondiendo y amenazando en vano no conduce a nada. Sirvámonos de nuestro ingenio (ese con el que mantenemos educación y seguridad social cuando en Cataluña cierran residencias), agudicemos nuestras virtudes, las tópicas y las que no lo son tanto. Llevemos Andalucía por bandera. La Andalucía de las tradiciones, pero también esa Andalucía nueva. La de las exposiciones, los festivales, los conciertos. La de Picasso y la de Fiera. Y hagámoslo con orgullo. Porque el orgullo de ser andaluz no va a quitárnoslo ningún catalán que por no gastar no gasta ni acentos en su apellido.