viernes, 29 de octubre de 2010

Why can´t the english learn to speak?

Una de las mayores barreras entre los británicos y los españoles es la idiomática. Es para nosotros más duro que para otras naciones europeas, como daneses, austriacos, noruegos que se desenvuelven en la lengua anglosajona con más soltura. Las razones que calculo: primero que el castellano es uno de los idiomas más hablados en el mundo, y con él puedes comunicarte con un alto porcentaje de países sin necesidad de esfuerzo alguno. Eso nos hace ser y estar orgullosos de nuestro país y nuestra lengua, y en lugar de enriquecernos aprendiendo en condiciones una herramienta valiosa nos encerramos en nuestra propia batalla idiomática -Castellano Vs Catalán- Castellano Vc Euskera (léase gallego, valenciano etc). También forma parte de ello la manía de traducir absolutamente todo, títulos de películas y libros, doblar las versiones originales aniquilando en muchas ocasiones todo rastro de originalidad y creatividad al dar a los actores una voz falsa, impostada, y poner en sus bocas palabras que jamás pronunciaron.

Pero bueno, dejando de lado mis reivindicaciones más profundas, es realmente difícil entenderse con los ingleses. Cuando uno recién llega piensa que con las lecciones que ha tenido en el colegio debe ser bastante para poder al menos pedir en un restaurante, entenderte con los de la recepción del hotel, etc. Nada más lejos de la realidad. Como bien dice el Professor Higgins en My Fair Lady, soberbiamente interpretado por Rex Harrison, Why can´t the English teach their children how to speak?, a ver, ¿Por qué los ingleses no enseñan a sus hijos a hablar? Nadie pronuncia las palabras en la forma en que se supone que deberían, y eso los ingleses. Ni que decir tiene que árabes, indios, asiáticos etc. son imposibles de entender. "Such a weird accent, men". También escoceses e irlandeses son problemáticos en estas lides.

Es normal tener un acento, los andaluces no podemos quejarnos de carecer de él, con su sonido tan suave y agradable. Muchas veces cambiamos la pronunciación de las consonantes, pero las vocales se mantienen siempre igual, ayudando a la comprensión oral. En Inglaterra es justamente lo contrario, las consonantes quedan y lo que modifican es el sonido de las vocales. Por ejemplo, un irlandés dirá "ieght" en lugar de "eight", haciendo a mis oídos completamente incomprensible la palabra.  O los australianos, que en lugar de decir "beer" pronuncian "biir", algo especialmente molesto para las mesoneras andaluzas en Victoria Station.

Después de medianoche: cuando van borrachos. Aunque ello no tiene que ser después de medianoche, en este país se bebe todo el día (benditos sean y sus pintas de cerveza). La comprensión se hace prácticamente imposible. Sonreir y decir yeah casi siempre funciona, y te terminan dejando en paz.


Consejo para navegantes: tráiganse un buen diccionario de bolsillo y no desesperen, ayúdense de cuanto lenguaje corporal, mímica y "finger-pointing" que les sea posible. ¡Y no traten de intentar entenderlos, por dios!

"Mientes Marcelino, y lo sabes"

Cuando en el resto de Europa ya se habían librado de la lacra del fascismo, en España seguíamos sumidos en la oscuridad. Fue tan sólo un puñado de años atrás ( que son más de una vida para esta joven estudiante de periodismo) cuando la luz empezó a entrar en este país, y eso se lo debemos al esfuerzo de grandes hombres como Marcelino Camacho. Hoy en día nadie contempla ya la posibilidad de semejante estilo de vida privado de libertad, ni se acuerdan ya de cuando los grises corrían tras los estudiantes. Pero desde este modesto rincón de la ciudad de Londres, mi corazón aún guarda el temor de mis ancianos, el terror en la mirada de mis abuelas cuando hablaban de los "malos tiempos". Por ello siempre agradeceré a Marcelino Camacho que luchara por mi país. Que lo hiciera por sí mismo y por sus convicciones, y que lo hiciera por las generaciones futuras. Quizás suene extraño, pero siento como si le conociera.

Mi contacto más cercano con uno de los luchadores más grandes que este país ha dado fue transcribir un par de entrevistas suyas durante el proceso de grabación de Presas al Otro lado de la Reja, documental de la serie Andaluzas que mereció a Canal Sur el Segundo Premio Andalucía de Periodismo en el año 2009. Debo decir que me siento honrada de haber participado en semejante proyecto, y que muy a mi pesar las declaraciones de Marcelino Camacho no pudieron aparecer como a todo el equipo nos hubiera gustado debido al deteriorado estado físico en el que se encontraba- apenas se le entendía.

Aquí dejo los primeros minutos del documental, al verlo se me han saltado dos lagrimones. http://www.youtube.com/watch?v=k9hFbX69j9I

Esta mañana al recibir la noticia de su muerte de veras me he sentido afectada. No sé por qué, siento una especial conexión con un hombre al que no tuve la suerte de conocer, pero sí pude estudiar, y lo seguiré haciendo para honrar su memoria. Primer Secretario General de Comisiones obreras, artífice de la primera huelga general durante el gobierno socialista de González en 1985, nunca abandonó la lucha por los derechos de los trabajadores. Alguien que se preocupa por las pensiones de los más débiles merece todo mi respeto.

Uno de los diez hombres que con valentía se enfrentaron al "Proceso 1001", uno de los últimos coletazos de odio y rabia de un franquismo ya debilitado, pasó la mayor parte de su vida entrando y saliendo de la cárcel sin haber cometido delito alguno: tan sólo defender aquello en lo que creía. Es por ello que merece todo el respeto y el cariño que nosotros, como sus herederos, los beneficiarios de un mundo que él ayudó a construir, podamos brindarle.

"Mientes Marcelino, y lo sabes", le dijo Nicolás Redondo en aquel mítico debate televisivo cuando CC OO y UGT luchaban  por ser el principal sindicato del país. Quizás merecía aquellas palabras o quizás no, esta imberbe bloguera no tiene suficientes datos para valorarlo. Pero mi mente sí alcanza a comprender que en la madrugada de este jueves falleció uno de los padres del sindicalismo moderno español, y este es mi pequeña contribución para honrar su memoria. Marcelino, sé que hiciste lo mejor que pudiste por tu país, y para devolverte un pedacito de tamaño esfuerzo, yo he dado lo mejor de mí en esta entrada.

Descanse en paz, maestro.

jueves, 21 de octubre de 2010

London Underground

Una de las primeras asignaturas pendientes al llegar a Londres es el problema del transporte. Es algo a tener en cuenta por el bien de nuestros bolsillos, ya que se trata de uno de los sistemas más caros del mundo. Coger un autobús te puede costar dos libras, y el metro para un par zonas hasta cuatro. Casi seis euros niña, una barbaridad.

Ahora depende de las necesidades del usuario, para estancias cortas ( de uno o dos días) es recomendable sacarse el pase de un sólo día, si van a estar casi una semana sería preferible un pase semanal. En favor de los quehaceres turísticos, el mejor es el del metro y el bus, zonas 1 y 2 ( casi todo lo que merece la pena ver se encuentra aquí) que asciende a 25,80 libras.

Calcular cómo vamos de un punto a otro de la ciudad puede ser difícil, para ello en esta página http://www.tfl.gov.uk/ tenemos toda la información necesaria.


15 Bus- Hyde Park Corner

Para ser justos hay que decir que la flota de autobuses funciona más que bien. Casi nadie se queja, excepto los orientales (es de suponer que en sus países de origen los autobuses no tienen que esperar semáforos). Pero atención con el bus antes de cogerlo si tenemos prisa y el recorrido atraviesa el centro: el tráfico en horas puntas es insufrible, y puede hacernos incluso perder un avión. Eso sí, si tenemos tiempo es mucho más romántico subirse al autobús 15 o al 24 en la primera fila de la planta de arriba y disfrutar de las vistas. Es como contratar un sight-seen (ruta turística) pero mucho más barato!

Si el tiempo apremia y queremos ser rápidos, coger el "tube" es lo mejor. Manejarse en el interior del metro de Londres es bastante fácil: las líneas están denominadas por colores, con gran interconectividad entre ellas. Cada puntito en el mapa es una parada, aquellas con un círculo blanco son las que tienen intercambiador de líneas, y (muy útil sobre todo para el momento maletas) sólo las que tienen el símbolo de minusválidos tienen ascensores. Hay que tener en cuenta que es un metro muy antiguo y hay paradas en las que las escaleras se hacen interminables. En especial a evitar es Warren Street (Euston es preferible y tiene las mismas líneas) donde ni siquiera las escaleras mecánicas funcionan. También hay que poner atención al coger la línea negra, la Northern Line, que es una de las más rápidas y eficientes pero tiene dos rutas distintas, y puede ser confuso... ¡no apto para novatos!

Otra desventaja del metro es que los fines de semana no funciona con la regularidad que debiera: hay que consultar en su página con anterioridad qué líneas o paradas van a estar cerradas porque nos podemos llevar una sorpresa... o encontrarnos con algo peor: una huelga.

En el último mes los trabajadores del Metro de Londres se han puesto en Huelga 2 veces para protestar por la pérdida de 800 puestos de trabajo que afectará sobre todo a los vendedores de tickets. No entraré a valorar la justicia o injusticia de la medida, pero es evidente que las consecuencias son terribles. Cientos de miles de afectados, líneas que no circulan, paradas cerradas y pérdidas millonarias para la ciudad (¡y en libras!). La sensación: estar en una ratonera, atrapada en un vagón como sardinas en lata, rezando porque el tren arranque de una vez y tenga la delicadeza de dejarte en tu parada.
A este respecto encontré este vídeo en Internet, es algo antiguo pero refleja perfectamente el sentimiento general de los londinenses hacia los empleados del Underground. Merece la pena verlo.

http://www.youtube.com/watch?v=BgwoPG63B3Y

Después de medianoche, lo más recomendable es coger un taxi, cab o minicab (depende de la empresa). ¡Pero atención! Tratad de fijar el precio con el conductor antes de montaros o podéis llevaros una sorpresa. Los autobuses nocturnos siempre son una opción, la mayoría de las líneas tienen servicios toda la madrugada, con regularidad más que aceptable.

Con este puñado de consejos ya debéis sabes cómo moveros por la ciudad, ¡ahora ya sólo queda saber dónde queremos ir! En próximas entradas...

Camden nunca duerme

Para mi primera entrada he seleccionado, como no podía ser de otra manera, mi zona preferida de Londres: Camden Town. Bulliciosa, activa, Camden high Street nunca duerme. Situada el norte de la ciudad, a tan sólo minutos del centro, es uno de los lugares donde podemos encontrar más diversidad cultural de la capital británica. Personas de todos lugares, tallas y estilos convergen en ella cada día formando un mosaico multicolor que embriaga y aturde a la vez que te atrapa.

Su actividad principal es el comercio, sus mercadillos son conocidos y nombrados en toda guía de viaje que se precie. Los fines de semana miles de turistas abarrotan sus calles (y no puedo más que decir que ello me molesta un poco) para verse transportados a mundos distintos según la zona que visiten. Los alrededores del puente de Camden Lock han sido transformados por los comerciantes locales en una locura multicolor. Cada fachada está customizada con motivos referentes a aquello que venden sus propietarios, y por lo general son artículos más que extravagantes. Desde las más típicas tiendas de “souvenirs” hasta excéntricos punks llenos de metal hasta la médula, pasando por todo tipo de accesorios de moda.


Si seguimos avanzando hacia el norte pasaremos por el puente sobre el Regent´s Canal, uno de los lugares más románticos de la ciudad, perfecto para dar un paseo al atardecer. Y más allá encontramos el Camden Lock, a derecha e izquierda, repleto de puestos con los más diversos artículos que podamos imaginar: bicicletas de alambre, collares multicolor, artesanía y objetos hechos en piel se arremolinan en un torbellino de ir y venir de acentos de todas partes del mundo. La nota curiosa: unas pequeñas motocicletas instaladas a lo largo del canal que hacen las veces de mesa para degustar los distintos tipos de fast-food de diversos lugares que el mercado nos ofrece.

Dejando atrás esta marabunta, y si pasamos bajo el puente en dirección a Chalk Farm llegaremos a The Stables, el más grande y alucinante de los mercadillos de Camden. Allí nos veremos transportados a un zoco árabe con tintes internacionales, en el que destacan enormes estatuas de caballos junto a los cuales los turistas gustan de hacerse fotos. De lo más sorprendente en su interior, lo que los locales llaman “el corredor chino”, en el idioma “chinese corridor”. Un pequeño callejón adornado como si de la mismísima china se tratara donde al pasar un ciento de asiáticas te gritan con un pedazo de pollo pinchado en un tenedor de plástico. A primera vista puede parecer que un ejército samurais está dispuesto a atacarte, pero en realidad sólo quieren tentarte con sus deliciosos y dudosamente sanos manjares.

Las celebridades locales son la magnífica Amy Winehouse y el genial Pete Doherty, a los que casi todos aseguran haber visto alguna que otra noche de fiesta en distintos estados de embriaguez. Y de paso, escribo unas líneas acerca del ambiente nocturno de la zona. Sus calles principales están recubiertas de pubs y bares de copas de distinta condición: casi todos ellos de rock o indie, algunos más “heavies” o “punks” y otros que se decantan por el blues. En la mayoría de ellos es fácil ver música en directo, casi siempre gratis o por el módico precio de 5 libras. Mis favoritos, Hawley Arms y Good Mixer.

Camden  es un mundo completamente distinto al que estamos acostumbrados a ver, y no puedo cerrar esta entrada sin mencionar la fauna que normalemente habita Camden: lo que mi padre denominaría como "gente muy rara". Crestas, medias rotas, piercings y tatuajes por todo el cuerpo, atuendos de época y otras extravagancias son de lo más común en uno de los lugares más apasionantes de Londres.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Bienvenidos

Londres es una de las ciudades más alucinantes del mundo, y dado el hecho de que al parecer durante este cuatrimestre voy a pasar algún tiempo en ella, qué mejor tema para comenzar mi andadura en Internet.
Mi nombre es Mª José Durán, soy estudiante de último año de la Universidad de Sevilla y coyunturalmente me encuentro viajando al Reino Unido con asiduidad. Concretamente a la capital londinense. Ni que decir tiene que la ciudad es alucinante, quede prendada con ella desde el primer momento que puse los pies en los alrededores del Big Ben. ¿Por qué? Quizás no haya una razón sólida. Quizás sea sólo que me siento conectada a este nuevo estilo de vida, una nueva generación que busca establecerse por su propia cuenta en un lugar distinto, lejos de la seguridad y el calor del hogar, que no tiene miedo a sentirse diferente.
En palabras de los propios ingleses, “this place is amazing”, y desde mi pequeño portátil en un rincón de Robert Street trataré de haceros llegar el eco del bullicio de sus calles, un soplo del aire frío de sus mañanas y de soslayo una mirada a su diversidad.
Bienvenidos a Londres depués de medianoche.