viernes, 29 de octubre de 2010

"Mientes Marcelino, y lo sabes"

Cuando en el resto de Europa ya se habían librado de la lacra del fascismo, en España seguíamos sumidos en la oscuridad. Fue tan sólo un puñado de años atrás ( que son más de una vida para esta joven estudiante de periodismo) cuando la luz empezó a entrar en este país, y eso se lo debemos al esfuerzo de grandes hombres como Marcelino Camacho. Hoy en día nadie contempla ya la posibilidad de semejante estilo de vida privado de libertad, ni se acuerdan ya de cuando los grises corrían tras los estudiantes. Pero desde este modesto rincón de la ciudad de Londres, mi corazón aún guarda el temor de mis ancianos, el terror en la mirada de mis abuelas cuando hablaban de los "malos tiempos". Por ello siempre agradeceré a Marcelino Camacho que luchara por mi país. Que lo hiciera por sí mismo y por sus convicciones, y que lo hiciera por las generaciones futuras. Quizás suene extraño, pero siento como si le conociera.

Mi contacto más cercano con uno de los luchadores más grandes que este país ha dado fue transcribir un par de entrevistas suyas durante el proceso de grabación de Presas al Otro lado de la Reja, documental de la serie Andaluzas que mereció a Canal Sur el Segundo Premio Andalucía de Periodismo en el año 2009. Debo decir que me siento honrada de haber participado en semejante proyecto, y que muy a mi pesar las declaraciones de Marcelino Camacho no pudieron aparecer como a todo el equipo nos hubiera gustado debido al deteriorado estado físico en el que se encontraba- apenas se le entendía.

Aquí dejo los primeros minutos del documental, al verlo se me han saltado dos lagrimones. http://www.youtube.com/watch?v=k9hFbX69j9I

Esta mañana al recibir la noticia de su muerte de veras me he sentido afectada. No sé por qué, siento una especial conexión con un hombre al que no tuve la suerte de conocer, pero sí pude estudiar, y lo seguiré haciendo para honrar su memoria. Primer Secretario General de Comisiones obreras, artífice de la primera huelga general durante el gobierno socialista de González en 1985, nunca abandonó la lucha por los derechos de los trabajadores. Alguien que se preocupa por las pensiones de los más débiles merece todo mi respeto.

Uno de los diez hombres que con valentía se enfrentaron al "Proceso 1001", uno de los últimos coletazos de odio y rabia de un franquismo ya debilitado, pasó la mayor parte de su vida entrando y saliendo de la cárcel sin haber cometido delito alguno: tan sólo defender aquello en lo que creía. Es por ello que merece todo el respeto y el cariño que nosotros, como sus herederos, los beneficiarios de un mundo que él ayudó a construir, podamos brindarle.

"Mientes Marcelino, y lo sabes", le dijo Nicolás Redondo en aquel mítico debate televisivo cuando CC OO y UGT luchaban  por ser el principal sindicato del país. Quizás merecía aquellas palabras o quizás no, esta imberbe bloguera no tiene suficientes datos para valorarlo. Pero mi mente sí alcanza a comprender que en la madrugada de este jueves falleció uno de los padres del sindicalismo moderno español, y este es mi pequeña contribución para honrar su memoria. Marcelino, sé que hiciste lo mejor que pudiste por tu país, y para devolverte un pedacito de tamaño esfuerzo, yo he dado lo mejor de mí en esta entrada.

Descanse en paz, maestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario