El mejor día para visitar el mayor atractivo que nos ofrece Notting Hill, al oeste de la ciudad, es el domingo. Podemos acercarnos durante toda la semana, pero el "finde" es cuando luce en todo su esplendor. En realidad, el sábado es el día en el que encontraremos más actividad, pero como todo en esta ciudad ello supone una masa de turistas y visitantes que vale la pena evitar.
Pero, ¿dónde vamos ahora? Pues vamos a sumergirnos en Notting Hill, que forma parte del Royal Borough of Kensington and Chelsea. Conforma una de las partes más cool de la ciudad, con enormes mansiones de estilo victoriano habitadas por la clase media-alta londinense. El simple paseo por sus calles, encaladas hasta la saciedad, refresca la vista. Le hacen sentirse a uno en medio de una película, como aquella de Hugh Grant y julia Roberts que llevó el nombre de Notting Hill por todo el mundo.
Lo ideal es llegar a la parada de metro de Notting Hill Gate. La más cercana es Landbroke Groove, y esa será la que usaremos para volver a casa, pero desde la primera podemos recorrer Portobello Road en todo su esplendor hasta llevar al mercadillo. Según salimos de la boca del metro, girar a la derecha y luego a la izquierda, como viene indicado en el mapa. De esta forma recorreremos una de las calles comerciales con más encanto de Londres. Aquí podemos encontrar desde antiguedades (razón por la que el mercado se hizo famoso), libros y discos, ropa y joyería (por supuesto), y en una de mis favoritas objetos varios de decoración que van desde un sillón Luis XV rosa princesa a un sinfonier customizado con héroes de cómic. Toda una amplia variedad para los amantes de las comprar.
La vista que se nos ofrece es variopinta: fachadas de distintos colores, divertidas algunas, más tristes en ocasiones. Mucha vida, tiendas callejeras de vegetales que lucen tonalidades sospechosamente brillantes, camisetas de grupos de rock y zapaterías con precios imposibles. Otra curiosidad: entre estas calles podemos encontrar varios lugares donde están a la venta productos importados de España: básicamente alimentación, aceite de oliva, salchichones, etc.- los precios son desorbitanes, pero la calidad realmente merece la pena (y lo dice una que su padre la mantiene surtida de caña de lomo todo el año).
A la hora de comer, ya sea el luch inglés a eso de la una, o un almuerzo españolito pasadas las dos de la tarde, recomiendo encarecidamente una del fast-food más antiguo del mundo. Falafel King, en la esquina de Portobello Market, nos ofrece una sana, equilibrada y vegetariana opción a precio más que razonable. Consejo: los restaurantes de alrededor no prometen una buena calidad y no están al alcance de cualquier bolsillo.
El día más excitante en Notting Hill es el de su carnaval. El Notting Hill Carnival tiene lugar el último o el penúltimo fin de semana de agosto (con fiesta local incluída, bank holiday) y toma Portobello Road como su centro de operaciones. Mientras un desfile de color africano-caribeño (dominado por las tonalidades verde, amarilla y negra de la bandera jamaicana) se desarrolla a lo largo de todo Notting Hill, movilizando a miles de personas y cientos de policías que velan por su seguridad, los bares y pubs sacan a la calle ritmos pegadizos y cerveza, mucha cerveza. Red Stripe, para ser más exactos.
Después de haber gastado unaslibras en el mercado, habernos comido un falafel al más puro estilo israelita y haber disfrutado de un poco de sol y un zumo de naranja en los puestos callejeros (si somos afortunados con el tiempo), debemos estar satisfechos de nuestra visita al oeste de la ciudad, dirigirnos a la parada de metro de Landbroke Grove dispuestos a rockanrrolear el próximo destino... ¡Yeah!
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