Conoces mi cuerpo mejor que yo misma. Recorres de una punta a otra cada poro de mi piel acariciando, besando, descubriendo todas mis imperfecciones. Me dejas destapada, despojada de toda intimidad. Te detienes en cada lunar, cada cicatriz, cada pelo y los adoras desde la naturalidad de la completa desnudez.
Tan desprotegida estoy que temo que puedas mirar en mi interior y ver. No me asusta que halles mis defectos. Siquiera que encuentres los incontables e inconfesables secretos de alcoba atesorados en otras camas y en otras compañías mucho peores que la tuya.
Lo que me aterra es que me descubras a mí, al yo más sincero y arrebatado que subsiste debajo de mi piel. En algún lugar tras los pañuelos al cuello, la melena despeinada, el maquillaje y las mentiras. Las mentiras sobre lo que soy y lo que no. En ese lugar donde nunca he dejado entrar a nadie.
Cuando al mirar en mi interior veas, surgirán las verdades más profundas, desterradas en un rincón donde ni yo misma puedo encontrarlas. Y en el preciso instante en que los misterios sean revelados seré tuya, me habrás poseído. Y saciado de mí te darás media vuelta y te irás.
Yo me quedaré, vacía de secretos como el día en que nací, observando el revés de tu esbelta figura mientras te alejas para siempre.
Tan desprotegida estoy que temo que puedas mirar en mi interior y ver. No me asusta que halles mis defectos. Siquiera que encuentres los incontables e inconfesables secretos de alcoba atesorados en otras camas y en otras compañías mucho peores que la tuya.
Lo que me aterra es que me descubras a mí, al yo más sincero y arrebatado que subsiste debajo de mi piel. En algún lugar tras los pañuelos al cuello, la melena despeinada, el maquillaje y las mentiras. Las mentiras sobre lo que soy y lo que no. En ese lugar donde nunca he dejado entrar a nadie.
Cuando al mirar en mi interior veas, surgirán las verdades más profundas, desterradas en un rincón donde ni yo misma puedo encontrarlas. Y en el preciso instante en que los misterios sean revelados seré tuya, me habrás poseído. Y saciado de mí te darás media vuelta y te irás.
Yo me quedaré, vacía de secretos como el día en que nací, observando el revés de tu esbelta figura mientras te alejas para siempre.
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