Yo escribí en Público. Y se me llena la boca al poder decirlo. En la casa de mi madre una carpeta amarilla con olor a tinta custodia los recortes de un papel manchado que siempre vivirán conmigo. Público fue el primer periódico en el que mi nombre apareció publicado, y eso para un periodista es como el bautizo para el católico.
Cuando Público desaparezca sólo quedarán en España periódicos de edición nacional en papel de derechas. Con El País absorbido en la vorágine del Grupo Prisa y el fallido experimento de La Voz del Pueblo, la muerte de Público significa la pérdida del referente sólido de la ideología progresista de este país. Un periódico que no tenía editorial porque imprimía su línea en cada noticia, cada artículo, cada reportaje, cada letra. Y además se sentía orgulloso de ello. Ser de izquierdas no era ninguna vergüenza. La Razón, La Gaceta, El Mundo, ABC manifiestan cada día sus "inclinaciones" sin sorprender a nadie. ¿Se le supone a la izquierda mediática una objetividad inexistente en la derecha? La respuesta es clara: sí.
No me queda más remedio que ponerme sentimental: la primera vez que crucé el umbral de la Delegación de Andalucía de Público a la tierna edad de 19 años me temblaban las piernas. No debió notárseme mucho, porque tiempo después Raúl Bocanegra me dijo que no creyeron que fueran "mis primeras prácticas". Vendemotos que es una. Aquellos días de verano me acompañaron la seriedad de Ángel Munárriz, la cercanía de Bocanegra, la ternura de Olivia Carballar y el abrazo paternal de Antonio Avendaño. Sin olvidar la compañia de mis compañeros becarios Francisco Artacho, Jael Herrera y Ana Jurado. En las tediosas tardes de aquel mes de agosto, encerradas en un despacho y mirando de reojo a Raúl y su melena nos enseñaron el privilegio de hacer las cosas bien. Contrastar fuentes, documentar, reportajear con ejemplos las noticias. El oficio del periodista meticuloso concentrado en las cuatro mesas que formaban aquella redacción.
Hoy, viernes 24 de febrero de 2011 he comprado, una vez más, la edición en papel de público. Y lo he hecho por miedo a que sea la última. Y por ese egoísmo coleccionista de conservar la última pieza de una joya de la corona. Una joya de papel en la que los periodistas de izquierdas tuvimos la oportunidad de desarrollar un trabajo profesional, periodístico, y progresista.
Descanse En Paz
Público
Para mí siempre será el periódico que me acompañaba en todos los viajes desde segundo de carrera, así que será recordado con cariño. Mi colección de dvd's y libros puede dejar constancia de ello :)
ResponderEliminarLa putada es que me ha pillado en Madrid y tengo el último ejemplar edición Madrid,, :(
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